Empujar a los consumidores a escoger menús de tamaño gigante es sólo una de las tácticas que utilizan las cadenas para que comamos más, pero no es ni de lejos la única. Como todo gran comercio, los restaurantes de comida rápida están estudiados a la perfección para lograr que el consumidor se deje el máximo dinero posible y acuda al establecimiento cuanto más, mejor.
Los restaurantes de comida rápida están siempre en lugares de paso (calles comerciales, grandes gasolineras, multicines…) y su horario es amplísimo. El diseño de los establecimientos es siempre llamativo. Utilizan el color rojo, que es el que más nos llama la atención, y se puede ver a la gente comer desde los grandes ventanales. Podríamos distinguir un restaurante de comida rápida a varios kilómetros.
Aunque no tengamos hambre, caemos en sus redes porque están en lugar adecuado y en el momento adecuado. Quizás no habíamos pensado en comer en un Burger King, pero vemos un cartel gigantesco con una apetitosa hamburguesa (de oferta, claro) y caemos rendidos.
Una vez dentro del restaurante el olor es muy característico y está pensado al dedillo para incrementar nuestro apetito. Que no exista servicio de mesas no sólo está pensado para ahorrar personal, además es una potente estrategia de marketing. Cuando estamos en la cola (y siempre hay algo de cola) estamos viendo a gente desfilar con bandejas llenas de comida, que vemos y olemos, lo que nos puede empujar a pedir más de la cuenta cuando, por fin, nos atienden.
Se sabe que la música suave, a un tempo no muy rápido, empuja a los comensales a permanecer más tiempo en el restaurante y comer más. Ni el rock duro ni la música electrónica (con excepción del house más comercial) tiene cabida en un McDonald's.
Los restaurantes de comida rápida están hechos para que tengas que hacer el mínimo esfuerzo: físico y psíquico. No hay demasiada variedad para elegir, así que no tardarás mucho en saber lo que quieres. Cuando recibas la comida, sólo tendrás que usar las manos –prácticamente todo el menú se puede comer sin cubiertos: no hay nada que cortar– y te servirán la comida en unos recipientes sencillos y fáciles de usar.
Un primate cualquiera no encontraría gran dificultad en comer en un restaurante de comida rápida, y no importa que estés haciendo turismo y no conozcas el idioma, basta con señalar uno de los carteles. Ni siquiera tienes que andar para obtener tu comida, la mayoría de cadenas ofrecen servicio a los coches, para que no gastes una sola caloría.
Yo creo que la comida chatarra, es una de las principales causas de la obesidad de México, nos hace ver mal, como gran país que somos, siento que deberían estar prohibidos, es un gusto comerlos pero es muy duro sufrir las consecuencias!
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